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Dios es imagen

Celso E. Portela Irigoyen

 


 

¿Qué es Dios? – Durante toda la memoria milenaria el ser humano ha tratado de explicarse los incógnitos del mundo. Muchas respuestas ya tenemos, muchas en campos científicos y didácticos. Otras el hombre no ha podido dar con aseveraciones. Al incógnito le llamamos Dios. Algo, por no tener otro adjetivo, que domina lo inexplicable y nos mantiene en perfecto estado de equilibrio entre la locura de lo desconocido y la gloria de la sabiduría.

¿Qué es imagen? – La imagen es una representación de la realidad, algo intangible que nos dice e imita la realidad. Entonces no es realidad, sino una mentira que se asemeja a aquello que conocemos. Es un engaño para nuestra memoria. La imagen se disfraza de realidad para que podamos entenderla y comprenderla. Juega trucos de representación para así entretenernos, moldearnos, calmarnos y hacernos felices.

¿Por qué importa la imagen? – Importa porque es omnipresente y aquellos que la conocen pueden lograr modificarla y hacerla suya. Esto ocurre en el modelo de cárceles panópticas de Jeremy Bentham donde existe una torre central, en un espacio cilíndrico, desde donde se puede observar a los reclusos sin que ellos puedan observar quién los mira. Entonces, esta torre central, con sus características arquitectónicas particulares para su propósito, proyecta una imagen distorsionada. El vigilante de la torre se convierte en el creador de imágenes y son las únicas imágenes que el recluso puede contemplar. Se convierten en su propia realidad; he aquí el poder.

En el filme "The Truman Show" (1998) la imagen juega un papel protagónico. Se encarga de cautivarnos y tomarnos en su lecho; cuando observamos el escenario donde se desenvuelve la trama; las calles y aceras perfectamente pavimentas, la grama y vegetación en perfecta salud, el cielo siempre nítido y todo perfectamente puesto y dispuesto. Vemos como entonces, dirigidos por la mano poderosa del Director / Dios, los extras, los actores, la producción, el equipo fílmico, etc. siempre y fielmente dedicados a mantener el status quo de esta "realidad", nos va construyendo el engaño que deseamos consumir. Nos diseña todo meticulosamente para representarnos una condición de realidad perfecta, una que anhelamos y queremos sea nuestra. Con ella llenamos nuestro vacío ignorante y temporalmente nos llena de gloria espectacular. Logra articular la plataforma ideal para el espacio público utópico.

Entrando un poco más en el escenario, vemos como el personaje del director del Show es el titiritero que crea el espectáculo. Es el Gran Arquitecto del espectáculo, así como lo es el vigilante de la torre en el panóptico. Hace perenne su comando en las acciones, los movimientos, las voces, las miradas y, por ende, la imagen. Crea esclavos de su visión de realidad a los televidentes / espectadores que claman por su dirección magistral. Importa toda esta relación de Creador y súbditos para poder entender el personaje principal, Truman.

Truman es el objeto del deseo, de perfección y admiración de todos los espectadores. Es lo que pretende representar lo ideal en nuestras vidas; en él plasmamos nuestros anhelos y sueños. Así mismo Truman divaga en la ignorancia cotidiana sin cuestionarse su identidad; ignorance is bliss. Sin embargo, es también el Yo del director que plasma en Truman sus miedos, inseguridades, virtudes, idealísimos, frustraciones, etc., pero a la misma vez, funciona como el espécimen en este gran experimento dentro del drome.

Si enfocamos ahora la atención al filme "Videodrome" ( 1983) observamos cómo la figura de Barry Convex, dueño de la compañía "Spectacualar Optics", asume la posición de Dueño y Señor de la custodia de las masas. Intenta, de una vez y por todas, lograr que todos seamos parte del espectáculo que tanto deseamos y nos adormece. Lo intenta lograr sin el conocimiento del público, quiere mantener el status quo. ¿Por qué sin el consentimiento de las masas? ¿No es eso lo que tanto deseamos? – El pedir el consentimiento conlleva una declaración de debilidad y de descubrimiento del vigilante. Se pierde toda autoridad y poder.

Hemos observado como en ambos filmes la imagen es cautivadora, pero al mismo tiempo puede ser un tanto peligrosa. Su peligrosidad siempre está inconscientemente incrustada en las decisiones y mandatos del titiritero. Vemos como en el clímax de ambos filmes el Creador va descuidando su vigilancia y por consecuente su poder. Los protagonistas descubren su debilidad. Dan cuenta de que son tan mortales como ellos mismo, son marionetas de su propia creación.

Ellos son producto de la imagen que han diseñado, han sido engañados por lo inexplicable y lo incógnito. Viven y respiran el mismo mundo que el esclavo del espectáculo habita. Con más fuerza el azote del peligro de la imagen los aniquila y los vuelve parte de lo que ellos definían como espectadores.

Dios es imagen porque la imagen no tiene explicación. Intentamos darle valor cualitativo o simbólico sin llegar a un todo absoluto. Es Dios porque es la única forma de explicar y poder entender el control y régimen que lleva sobre nosotros. Nos asombra su capacidad de anestesiarnos, de mostrarnos lo que anhelamos y nos llena de subjetividad. Tiene la capacidad de llevarnos a lugares ideales y utópicos donde dejamos de ser y estar, y nos convertimos en lo que El decide que debemos ser. La imagen toda poderosa que nos arrulla y nos envicia. Nos transplanta al mundo subjetivo y calmante.

Dios es imagen porque nos vigila, nos engaña, nos quiere, nos anima, nos controla y dispone de la Imagen como su grandiosa herramienta de seducción.

Bibliografía


 

Buñuelos, J. (2003) "Videovigilancia en la Sociedad Panóptica Contemporánea". Razón y Palabra No. 31. Recuperado: 10 de mayo de 2009.

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García, Canclini, N.(2002) "La reinvención de lo público en la vídeocultura urbana." México: Revista de antropología social. N. 11

Rojas, S. (2004) "Arte y espectáculo: ¿qué queda por pensar?" Sepiensa.net , espacio para el debate en arte y ciencias sociales. Sitio Web desarrollado por ©NUMCERO-multimedia. Recuperado: 14 de agosto de 2010. http://www.sepiensa.cl/listas_articulos/articulos_sepiensa/2004/06_junio/20040604.html.

Weir, P. (1998) "The Truman Show".  Paramount.

 


 

 

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