Tengo muchas fotos muy agradables; son de alegría, de buenos tiempos, de amigos y familia; siempre hay sonrisas. También tengo fotos de cosas, sucesos, edificios y objetos. Diría que son parte de mi y de quien soy. De vez en cuando me siento en el piso, saco todas las fotos de una gran gaveta de madera, en donde las guardo, y las miro y contemplo. En ocasiones me río, me enojo y discurre en mi interior un sin fin de emociones y sentimientos. De alguna forma u otra me siento que no estoy sentado en el piso observando fotos, sino que me adentro, muy dentro, en la foto y me transporto al instante de espacio y tiempo en el que esa foto fue capturada. Siempre es una experiencia alucinante y de igual forma agotadora emocionalmente.
Es extraordinario el poder de una imagen. Es la chispa que necesita la memoria para recrear y "estar" en ese instante. Pero, hay que admitir, no siempre podemos recordar con exactitud y veracidad lo que la memoria trae al pleno en el momento que estamos mirando la imagen. Hay que recordar que la memoria es rara, es libre, es inexplicable y de alguna u otra forma tiene su propia sabiduría y no discrimina. Al mismo tiempo la memoria es un envase que no tiene fin, ya que a medida que captura nuevas memorias se sigue expandiendo infinitamente dejando siempre espacio para más.
Quiere decir que la memoria no juzga, ni señala, sino que absorbe y guarda cualquier cosa no importa si es real o no lo que almacena; toma todo como verdad. Vemos entonces como pueden ocurrir "errores" en este archivo aleatorio. Esto es una gran debilidad de la memoria. Podemos engañarla sin que se de cuenta al recrear instantes y sucesos imaginarios los cuales tomará como verídicos. Además, con solo pedazos de la representación de la realidad, la imagen, el ser humano es capaz de, internamente, llegar a la alucinación de lo que fue en un momento la realidad.
La debilidad de la memoria es muy conocida. Es por eso que muchos hacen maravillas mágicas con ella. A través de la imagen podemos lograr innumerables "realidades". Estas imágenes son sino fragmentos idealizados y construidos de la realidad. Pretenden mostrarnos objetos y lugares, pero en realidad lo que nos muestran es emoción y sentimiento. Estas dos características están muy entrañadas en el ser humano. Son condiciones que pueden verse como llaves mágicas para recrear en el otro realidades propias.
Entonces, ¿cómo estas realidades propias son armadas y para qué? – Son construcciones viciadas de imaginarios, emociones, valores, moral, etc., del que las construye. Trata, con todas sus fuerzas, de inyectar su realidad, o lo que entiende es su realidad, a la otra. Desea regalar e impregnar un ideal perfecto para el goce de todos porque entiende que su realidad es utópica y por ende la preferida y deseada. Es en este instante que la imagen cobra fuerza brutal.
Si tomamos como ejemplo el filme de Leni Riefenstahl "Triumph of the Will" (1934) que ejemplifica la brutalidad directa de la imagen como vehículo de nuevas construcciones de realidad, observamos como la propaganda Nazi utiliza a cabalidad su entendimiento y sabiduría de cómo funciona la memoria y en especial aquella que llamamos colectiva. No solo observamos como utilizan el diseño y la palabra para crear alucinaciones de grandeza y poderío, sino que también podemos observar como en este filme se pretende capturar instantes de envergadura memorial que demuestran el ideal utópico de Hitler. Estos momentos se aprecian en las sonrisas complacientes de las masas, en la alegría del pueblo, en la formación de los batallones, en la grandeza de las masas, en las características raciales de los presentes, en fin, toda aquella imagen que, decididamente capturada, promueva el ideal. Esta cinta/imagen inculca y reafirma el control de la memoria que tiene el movimiento Nazi sobre la población alemana.
Sin embargo, y con todo el propósito, no muestra el plan maestro Nazi. Tenemos aquí un ejemplo contundente de cómo funciona la reformulación de la memoria lograda a través de fragmentos alucinatorios de realidad; la imagen reafirma su condición
de engaño.
Ahora bien, sin analizamos el filme de Alejandro Amenabar "Tesis" (1996) encontramos revelación y también engaño. La revelación la apreciamos al comienzo cuando a la protagonista no le permiten ver el cadáver que ha sido arroyado por el tren. Entonces ella recurre al vídeo para que le muestre la realidad. Estamos ante la situación en donde aseguramos que debe ser más "real" lo que observamos por el televisor que la realidad misma. ¿Por qué? – Quizás se debe a que lo que vemos por el televisor ya viene condicionado y editado para nuestra mente que anda llena de prejuicios. Estamos ante la mentira en la cual hemos sido adoctrinados a aceptar como pura y real realidad. Una vez, la protagonista, cree que sacia su sed de ver morbo/realidad, se topa con el cadáver del profesor. En este instante podemos apreciar la revelación. La mirada es de asombro, pero no de miedo, es de querer comprobar qué es real. Tanto es la insistencia de la mirada que tiene que tocar el cuerpo. Ella desea la realidad, no se conforma con la mentira que es el vídeo. Estamos ante lo racional del ser humano adiestrando a la memoria a diferenciar entre qué es real y que es engaño.
Existe otro momento crucial en el film cuando se valida el argumento de la imagen como engaño a la memoria. Justo antes de la culminación ella se encuentra en el espacio donde se cometían los asesinatos. Hasta ese momento la imagen solo nos servía de representación incompleta de la realidad. No podíamos ver más allá que lo que el controlador del ojo mecánico nos dejaba ver. Es cuando la mente comienza a construir, alrededor de esta representación, realidades inexistentes, situaciones irreales y alucinaciones que se van cementando en la memoria construyendo un universo que solo la memoria entiende como realidad. Una vez más la memoria toma control y nos lleva en un viaje mágico.
El filme de Luis Buñuel y Salvador Dalí, "Un Chien Andalou", es la proyección "literal" y representativa de la memoria en acción. Son momentos inconexos, provocadores, emocionales y llenos de subjetividad. En esta cinta nos podemos dejar llevar a la locura y magia que son las memorias. Es un viaje de realidad nula, pero vibrante en magia emocional. Es la "foto" real de la memoria.
Es aquí que deseo estar. Junto con mis fotos que preservan lo que fue mi realidad. Que ayudan a mi memoria recrear algo pasado. Aunque no son la realidad, deseo quedarme con esa magia a no tener gozo y ser nada. Ya he construido así mis alucinaciones. Ya mi memoria, mi deseo y yo inventamos mi realidad perfecta.
Bibliografía
Baudrillard, J. (2000) "Photography, or the Writing of Light".CTheory. Recuperado : 18 de junio de 2009. http://www.ctheory.net/text_file.asp?pick=126
Foucalult, M. (1995). Discipline & Punish: The Birth of the Prison. Vantage Books, New York.
Sel, S. (2006) "Teoría crítica en la antropología visual". Revista chilena de antropología visual.
Sontag, S. "Regarding the Torture of Others." NYTimes.com. May. 23, 2004
Amenabar, A. (1996) "Tesis", Las Producciones del Escorpión S.L.
Riefenstahl, L. (1935) "Triumph of the Will"
Buñuel, L. y Dalí, S. (1929) "Un Chien Andalou".